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Segundo coro: con sus ramas cuajadas de gorriones y el río, de madrillas, y nosotros, de risas y esperanzas. Primer coro: Que te canten, Señor, los breves espejuelos de los peces en el agua, y la honda arquitectura de las piedras rodadas en el lodo. Segundo coro: Que los pasos humildes que trazaron ayer nuestros hermanos limosneros se hagan jota y aurresku en tu presencia. Primer coro: Y que las hondas huellas de los pies misioneros se conviertan en senda de luciérnagas; Segundo coro: y, a lomos de las olas, sus pasos, en gaviotas. Primer coro: ¿ Verdad, Señor, que tienes en tu cielo unos trojes en los que guardas vivas las gotas de sudor de quienes roturaron la tierra o trabajaron los robles y los pinos?