BCCCAP00000000000000000001198
"fidelidad a la tierra", como una tarea y acc10n terrestre, según la expresión germana, sin por eso perder nada de su dimensión divinizadora– teológica. La cristología debe conseguir una orientación cosmoteándrica (Panikkar) pero menos esencialista, estática o abstracta y más dinámica, concreta, encarnatoria. Ello contribuirá retroyectivamente a una consi– deración más adecuada del misterio trinitario. Es preciso recuperar, ciertamente renovados, los v1e.1os tratados escolásticos titulados" de rnysteriis vitae Christi"; es decir, abordarjunto a la encarnación y la glorificación la vida pública de Jesús. Al Resucitado solo se le encuentra en Galilea, es decir en el Jesús que vive en Galilea, en el Nazareno que sirve samaritanamente a todos los menesterosos en sus indigencias materiales-espirituales, a los marginados-marginadas, a los pecadores y pecadoras. Dice Moltmann en su reciente libro Cristo para nosotros hoy (Madrid 1997 pág.11): ''Siempre he echado de menos esta presencia del Jesús terreno en los Credos cristianos. ¿Porqué lo hemos reducido a una mera como intercalada entre "nació, padeció... "? ¿No deberíamos añadir al menos: bautizado por Juan el Bautista, lleno del Espíritu, para anunciar a los pobres el Reino de Dios, curar a los enfermos, acoger a los marginados, despertar a Israel en favor de la salvación de los gentiles y tener misericordia de todos los pueblos?". Entonces nos acercaríamos a lo que es una auténtica mesianología. Y conseguiríamos otra cosa. Superaríamos ese presentismo triunfalista tan extendido que entiende la redención estudiada en la soteriologíacomo ya prácticamente realizada. Es significativo que los cristólogos cada vez hablan más del mundo actual como de un mundo irredento. Una visión ' Se podría resumir o, quizá mejor, retomar lo anterior desde otra perspectiva diciendo: hoy se impone la tarea de reexpresar la fe cristológica y trinitaria teniendo en cuenta que las categorías, los conceptos propios de Nicea o Calcedonia se nos han convertido en parcialmente irrecuperables. Ver Bulletin ET. 8. 1996. 2.180. 95
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz