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otras causas. Así tendremos una panorámica holgada para situar las tareas de una Asociación como la nuestra que quiere trabajar en la línea de ir elucidando los grandes interrogantes del creyente o la creyente, del teólogo o la teóloga actuales. Vale la pena, creo, hacer como un inventario de los problemas cruciales que la fe y la cultura hodiernas plantean a la teología. Eviden– temente no tengo la osadía de pensar que voy a responder adecuadamente a este desafío. Modestamente os ofrezco como un borrador para ulterio– res elaboraciones. Al acabar el concilio hicieron su aparición en las facultades y seminarios católicos tres teologías nuevas: la teología de la seculariza– ción, la teología política y la teología de la liberación. En parte venían de las iglesias protestantes y en parte surgían del seno del catolicismo. En el concilio había predominado la teología histórico-salvífica en la línea del despliegue de una teología bíblica o de una vuelta a las fuentes bíblicas (Cullmann, Conzelmann, Shlier, Danielou, Mouroux...). Cierta– mente esto supuso un alejamiento de la teología escolástica. En la teología histórico-salvífica se podían registrar influencias de la filosofía existencial como, por ejemplo, la importancia que atribuía a categorías como historicidad, decisión personal, "Einmaligkeit" etc. Ahora bien, el gran reproche que se hizo a los seguidores de este corriente fue que hablaban mucho de la historia santa pero poco o nada de la historia "tout corurt" o "sine adjecto". Es decir, se quedaban como encerrados en el ámbito de lo bíblico, lo eclesial o de conceptos abstractos como temporalidad... Aquí podría traer a colación la anécdota que cuenta Metz de la que yo pude ser testigo directo. Corría el año 1950 o 1951. Rahner en Innsbruck que hablaba mucho de historicidad, de "Heilsgeschichte" jamás nos dijo una palabra de Auschwitz. Y hacía solo cinco años que había acabado el Holocausto y nos hallábamos a pocos kilómetros de algunos de sus escenarios. Ciertamente debemos añadir que poco antes, haciendo yo mi primer año de teología en Salamanca, nunca me dijo nada de nuestra guerra civil. ¿ Qué teología es esta que ignora las luchas más terribles de 86