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piedad sacerdotal, mundanización de un estilo de vida, dificultades crecientes ante la sociedad cada vez más increyente y distorsión entre los deseos evangélicos de los presbíteros y las resistencias al cambio por parte de la institución clerical. De acuerdo a las nuevas exigencias pastorales de la reforma conciliar y como consecuencia de los cambios acelerados de la sociedad, el clero fue sometido a una dura prueba. La teología sacerdotal tridentina justificaba la separación del sacerdote, mientras que las urgencias nuevas evangelizadoras le exigían unas nuevas encarnaciones en su vida. Hubo en el Concilio obispos que a la vista de la escasez de vocaciones y de parroquias sin sacerdote, propusieran la revisión de la ley del celibato y la ordenación de varones casados. Pablo VI no permitió que se tratasen en el aula estos problemas. Se volvieron a suscitar en el Sínodo de 1971. Muchas conferencias episcopales, como las de Brasil e Indonesia, se pronunciaron por la apertura ministerial. En la conferencia episcopal europea de Brujas, en 1985, se habló de la ordenación de hombres casados. La restauración del diaconado permanente y el notable creci– miento de los diáconos casados no han resuelto en la Iglesia un ministerio clave: la presidencia de la eucaristía y de la penitencia sacramental. Con todo, es evidente el desarrollo de los ministerios entre los denominados laicos. 4. La aceptación de una cultura democrática La aceptación de la colegialidad y la entrada en vigor de los consejos a todos los niveles supuso el comienzo de una cierta democratización de la Iglesia. Recordemos que en la Iglesia se vota democráticamente sólo dos veces: en la elección del Papa (los cardenales) y en un Concilio (los obispos). El hecho de que los católicos fueran testigos de estos dos tipos de votaciones ayudó a crear hábitos de diálogo y de consenso. Además, la elaboración de los textos conciliares se logró en muchos casos mediante hábitos participativos que exigía una elevada cuota de libertad e igualdad. "El espíritu de diálogo -afirma G. Girardi-es uno de los aspectos más 68
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