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l. Desafíos del mundo a la Iglesia 1. El desafío de la pobreza A causa de ciertos mecanismos estructurales hay implantada en el mundo una injusticia planetaria comoconsecuencia del control económico de las multinacionales, las relaciones comerciales desiguales, la explo– tación del trabajo, ladistribución injusta dela riqueza en el interior de los países y la deuda externa de los pueblos empobrecidos y explotados 1 • En el plano económico es obvio que el beneficio económico de unos pocos se antepone al reparto solidario de la riqueza conseguida. Los producto– res buscan el máximo beneficio o lucro y los consumidores la máxima utilidad o satisfacción. Lejos de progresar hacia una sociedad igualitaria, en la que los recursos se distribuyan equitativamente entre las personas y los pueblos, nos encontramos con una humanidad, cuya cuarta parte malvive por debajo del umbral de la pobreza absoluta y otra gran parte se encuentra en niveles de pobreza relativa. En medio de la sociedad opulenta aparecen cuartos mundos depauperados, semejantes a un Ter– cer Mundo armado absurdamente y desangrado, famélico y harapiento. Cerca de 1.300 millones de seres humanos viven con ingresos inferiores a un dólar por día. Como consecuencia, carecen de servicios básicos, atención médica, acceso a unos mínimos conocimientos. En suma, desconocen los derechos fundamentales a la vida. Las mujeres de estas poblacíones depauperadas soportan una carga adicional. 2. El desafío del no-sentido A la crisis actual de los medios de vida se une hoy la crisis de las razones de vivir. El dilema shakesperiano -ha escrito N. Greinacher- no es ser o no ser, sino vivir con sentido o sin sentido 2 • Detrás de los dolores 1 Cf. F. Gesualdi, Los mecanismos estructurales de la injusticia planetaria: "Iglesia Viva" 184/185 (1996) 315-322; F. Almansa y otros, 1996. Año de la erradicación de la pobreza, Cuaderno "Cristianisme i Justícia", n. 72. 56 N. Greinacher, Sinn oderNichtsinn-das ist die Frage: "Theologische Quartalschrift 177 (1997) 50-55.