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la CIC, Manuel Muñoz. Siguiendo el programa preparado en primer lugar aparece la ponencia del sociólogo francés, profesor de laUniversidad de Bordeaux, Raymond Courcy, Los desafíos de la modernidad (Au défi de la modernité). Parte de unas reflexiones referidas a los elementos componentes de nuestra sociedad moderna, que se contraponen a los que hubo con anterioridad. Deduce luego los desafíos o retos que esta clase de sociedad nuestra, organizada hasta ahora dentro de un contorno religioso, presenta al pasar de su ser "cohesivo" u "holista" a una pluralidad de múltiples referencias debidas a su internacionalidad, a la promoción del individuo y prominen– cia de la razón y que tiene como consecuencia una secularización al considerar.lo religioso como un elemento más de entre sus otros compo– nentes. A la vista de estas premisas nacen, efectivamente, unos desafíos o retos no sólo para la propia sociedad, que se ve en crisis de valores, sino también para la misma Iglesia. En consecuencia ésta, por su parte, se ve obligada a reinventar nuevas formas para poder, en esa nueva sociedad secularizada y pluralista creada, continuar la misión de Jesús y anunciar– le así. el Evangelio. Por otra parte, deberá ir también superando las dificultades que en esta acción apostólica halla, no siendo la de menor calibre su encuentro con las distintas religiones existentes, especialmen– te el Islam. También la vida religiosa se ve envuelta y cuestionada por estos mismos retos o desafíos, viéndose obligada a preguntarse si, en estas circunstancias y ambiente es oportuno promover un mensaje de radica– lismo evangélico. Surge, asimismo, un reclamo de respuestas a cuestio– nes relativas a la incertidumbre de una sociedad carente de valores y relacionadas con uno mismo, a los otros y también a lo divino. Para los franciscanos su mensaje de fraternidad es una respuesta acertada y oportuna ante el reto o desafío de fraternidad entre los hombres. Por eso habrá que saber distinguir entre lo esencial y lo coyuntural u ocasional de esa herencia recibida de Francisco, para poder ir aplicándola a nuestro tiempo. En consecuencia, el mensaje franciscano es ciertamente un mensaje de modernidad que puede valer para la construcción de una nueva Europa. 10