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¿qué resistencias encuentro en mí mismo? ¿quién soy yo? ¿quién es Dios para mí?... Desde aquí podemos construir una fraternidad que potencia estos procesos de singularidad con fuerte implicación mutua, una frater– nidad basada en opciones comunes creyentes y franciscanas enraizadas en nuestros fondos de deseo más personales. Esto es lo que nos vincula realmente: poder vivir un "nosotros" con unas opciones creyentes sin perder el "cada uno". A pesar de que sentimos que lo que vivimos es diferente al estilo de vida religiosa de lamayor parte de nuestras casas, nos sentimos entroncados con la tradición franciscana capuchina en la que nos hemos formado y a la que pertenecemos, entendemos nuestra vida como una expresión del carisma en el hoy de la historia y creemos que tenemos espacio en una Provincia que admita una pluralidad de expresiones del único carisma. Un elemento imprescindible para construir comunión en la fraterni– dad provincial es el diálogo. En los últimos tres años hemos potenciado encuentros con los equipos de gobierno en los que perseguimos el diálogo y la búsqueda de mayores cauces de interacción con el conjunto de la Provincia. ¿Y cómo creemos que se nos siente a nosotros?. Hay un grupo de hermanos de los que siempre nos hemos sentido cerca y nos han apoyado y animado. Quizá este grupo ha ido aumentando a medida que fue pasando aquélla etapa primera de cierta crítica por nuestra parte a algunas formas de vida religiosa. Con respecto a otro grupo de hermanos, quizá el más numeroso, sentimos que ha reinado cierta indiferencia. Probablemente este grupo se ha reducido a medida que nuestra actividad social ha ido adquiriendo más relevancia. Y también hay un grupo de hermanos poco numeroso pero de peso a nivel provincial, que son críticos con algunos aspectos de nuestra vida. S. Dificultades La búsqueda de un estatuto jurídico que asegure la continuación de la 114