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tomar demasiado en serio la propia disponibilidad y las propias posibilidades de "salvar el mundo", es una cualidad que nace de una sana estima de sí y de un camino de pobreza interior y lleva a la serenidad interior y psicofísica. 11. Tomar la palabra, en un encuentro de fraternidad, no es tanto un derecho que deriva del ser todos iguales, sino de un deber que nace del ser todos hermanos, todos metidos en un camino fraterno. 12. El hermano que manifiesta una dificultad, antes de dar tu hipotética solución, debe recibir antes el don de la cercanía y comprensión. Ofrécele, eventualmente, tu experiencia y tus solu– ciones después de haberlo escuchado hasta el fondo y de haber compartido durante cierto tiempo su estado de ánimo. 13. Si buscas ayudar a un hermano y te das cuenta que a tus palabras responde puntualmente: "sí, pero... ", "tienes razón, pero...", párate, estáis recorriendo dos caminos paralelos. Si quieres encontrarlo, cambia de camino: tal vez el hermano sólo quería una respuesta comprensiva o quería sentirte cercano como hermano, no como... predicador. 14. La meta real de un el es la de crear una convergencia de tentativas en torno al "próximo paso hacia adelante" en el camino de la fraternidad. 15. Si quieres hablar, recuerda las cualidades comunicativas requeridas en el comunicante: - sé claro: Evita expresiones genéricas o alusivas; - sé descriptivo: evita valoraciones, interpretaciones o etiquetas; - sé personal: habla en nombre propio, evita el recurso al noso- tros, a citas de autoridad, a acusaciones. Si quieres hablar del comportamiento de otros (por ejemplo, en la correción fraterna), limítate a describir los hechos y, después, expresa tu opinión, tu reacción, o, mejor todavía, pide a la persona interesada si quiere comunicarlas motivaciones o intenciones de su comportamiento. 78

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