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hermanos, descubrirás en ellos tesoros insospechados. 3. Estáte convencido, más allá de las diversas opiniones, que todo hermano intenta contribuir al mejoramiento de la fraternidad y a la búsqueda de la voluntad de Dios. 4. Si te parece que una intervención es destructiva, intenta escucharlo mejor: quizás sentirás la amargura de quien está todavía desilusionado y herido por experiencias pasadas y tiene miedo de abrirse a la esperanza y a la confianza. 5. Si te parece que una intervención está fuera de lugar o es irrelevante, intenta escucharlo de nuevo: no todos consiguen decir de repente y con claridad todo lo que piensan, su especial carisma. 6. Toma conciencia de que puedes estar en desacuerdo con una intervención dada sin, por eso, bloquearlo o descalificarlo. 7. Si te parece que para ti la solución es clara y obvia, y no entiendes cómo los demás no lo comprenden, debes saber que la contribución de uno, aunque sea excelente, tiene necesidad de tiempo para que todos lleguen a darse cuenta. Esta expectativa es útil también para ti: te da laposibilidad de convertirte a la paciencia y al "rumiar", que son necesarios para profundizar una idea o una propuesta. 8. No te identifiques con tus propuestas. Si te sientes herido porque tus aportaciones no han sido apreciadas, acuérdate de que puedes recorrer el camino de la "expropiación", que lleva siempre a la purificación y a la liberación interior. Si te parece que la fraternidad necesita de lo que propones, insiste con serenidad, acordándote que, en el camino fraterno, es mejor un paso juntos que cien solo. 9. Cuanto más retarda la fraternidad la clarificación de un debate, de una idea o propuesta, mayor es la posibilidad de que tenga una aceptación más asumida y una colaboración plena en la fase de actuación. 10. Saber reírse de sí mismo y de las propias propuestas, no 77