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parte, el el no debe someter al.superior local a una excesivapresión. Se debe mantener siempre la función del el como órgano consul– tivo. Cuanto más abierto haga el superior local el el, disminuirá el peligro de que el el se convierta, falsamente, en un instrumento contra el superior local. 3.A. Diez consejos al moderador (de Viktrizius Veith) 1) Su deber principal es e~guiar el diálogo de los hermanos, es decir; - presentar brevemente los temas que se deben tratar; - coordinar y sintetizar la discusión; - reconducir el tema, cuando se desvíe. 2) Condición para conseguir un buen diálogo fraterno durante el el, es el clima de confianza mutua, de respeto y de apertura. En esto, sobre todo, el moderador debe poner máximo esfuerzo. 3) Es importante que el-moderador exponga, de modo claro y breve, los temas del orden del día. Antes de comenzar propiamente la verdadera discusión de las diversas cuestiones, debe percatarse si, efectivamente, todos han comprendido bien las cuestiones que se discuten. 4) No debe acabar una discusión sobre un tema demasiado rápidamente ode modo autoritario, sino intentar que los hermanos tomen conciencia de que hay que finalizar el tema y pasar al asunto siguiente. 5) El moderador del el no debe imponer las propias ideas o deseos, sino, ante todo, escuchar, animar a todos a la participación activa, pormedio de preguntas claras y abiertas y acoger, positiva– mente, las propuestas y sugerencias de los hermanos y ayudar a que el Capítulo llegue a un consenso práctico y a la toma de decisione-s– concretas. 6) El moderador, con sabiduría y bondad, debe procurar que el diálogo fraterno no se transforme en intercambios individuales, que no hacen sino cansar a los otros participantes. Si, después, la 72

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