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existencialmente la conciencia de pertenecer a la misma familia franciscano-capuchina y beber de las mismas fuentes espirituales. Esto se percibe más claramente, cuando una Provincia ofrece a las fraternidades un programa anual fijo, con propuesta de temas, que luego son tratados por las fraternidades según un método unitario. En este contexto, es recomendable que, de cuando en cuando, los hermanos de la fraternidad local, en el el, den informaciones sobre sus actividades. Tales informaciones, no sólamente promue– ven el conocimiento mutuo, sino también la aceptación y la estima fraterna. Y, por otra parte, las informaciones ofrecen puntos de orientación para el diálogo fraterno 6 • Un modo especial de formación permanente, en el marco de una fraternidad local, consiste en una excursión en común con un programa cultural o, también, el ver comunitariamente una trans– misión televisiva con debate final. 6. El Capítulo local como instrumento de promoción de la vida espiritual de los hermanos. El el, bien llevado, es ya en sí un gran acontecimiento "espiri– tual" en el ámbito de la fraternidad local. Es una antigua tradición de la Orden y de la Iglesia iniciar una reunión importante con una oración. Con ella, los participantes, conscientemente, se abren a la acción de Dios escondido y al reclamo del Espíritu. "Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20). Estas palabras de Jesús sirven, seguramente, también para el el de los hermanos. En efecto, el el no debería únicamente agotarse con el tratamiento de asuntos materiales, técnicos o económicos. Los textos de las Constituciones, antes citados, tienen como meta, ante todo, la revitalización y profundización del carisma de la Orden. El el ayuda a los hermanos a: 1) Mejorar la oración personal y comunitaria (Const. 53,3-4; 57,2; II CPO 34 y 38). 2) Estructurar la vida de la fraternidad mejor todavía, en el 39

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