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sea expresión de toda la fraternidad. Cada uno consagre plena y gozosamente sus energías según el talento que Dios le ha dado y conforme a la edad y salud, teniendo en cuenta las necesidades de la fraternidad" (Const. 76,2). El el, como modo especial de vida en común, del común dialogar y consultarse sobre las experiencias, los trabajos y problemas de la fraternidad, es así algo nuevo en la Orden de los Capuchinos, pero corresponde también plenamente al carácter de la Orden, como comunidad de hermanos. El el no es un "cuerpo extraño", no es un elemento heterogéneo de la naturaleza de la Orden, sino todo lo contrario. 1.2. El el es una ayuda a la fraternidad local y a todos los hermanos para comprender y vivir mejor su vocación como herma– nos menores. Cuanto más regularmente se tiene el el y cuanto más activa y constructivamente los hermanos participan en la búsqueda de la voluntad de Dios y del bien de la fraternidad, más fructuoso es para la fraternidad. Precisamente en el el los hermanos reunidos pueden experimentar cómo su vida con Dios y en la fraternidad es modelada por la misma vocación cristiano-franciscana, en cuanto que el Espíritu Santo obra en todos para la construcción de la fraternidad. Pero, por el contrario, la experiencia ha demostrado que, en la medida en que menos se juntan los hermanos para la oración común y para un común análisis de la propia vida en el seguimiento de Cristo, como hermanos en San Francisco, más débiles son las relaciones personales de unos con otros. Las reuniones regulares de los hermanos en el el, animan y refuerzan la unión interior y exterior de los hermanos. 1.3. De modo especial los hermanos que, por causa de su actividad viven y trabajan lejos de la fraternidad local, tienen necesidad de encuentros regulares con los hermanos de la comuni– dad a la que pertenecen. Para estos hermanos es poco el que vuelvan de tanto en tanto al convento, se encuentren los hermanos los unos con los otros, aparezcan de vez en cuando en la comida de la fraternidad. Un el bien estructurado ayuda a tales hermanos a mantener las relaciones internas y externas con la fraternidad local y con toda la provincia. Por otra parte, tales hermanos que, por su 32