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mal entendida. Otro aspecto de la penitencia-conversión es su carácter de contagio, cosa ya recordada antes, donde se habla del esfuerzo de nuestra conversión y la conversión de los demás y se añade, para hacer este concepto más explícito y estimulante cómo Francisco: "Con gran fervor de esp(ritu y gozo interior, ordenó su vida según las bienaventuranzas del Evangelio y predicó incansable la peni– tencia, animando de obra y de palabra" 13 y participando así en el camino "de la Iglesia, santa y al mismo tiempo necesitada siempre de purificación" 14 • b) Penitencia-arrepentimiento de los pecados. El arrepentimiento de los propios pecados y su humilde confe– sión en el sacramento de la penitencia son para Francisco un acto de fidelidad y de sabiduría: "Es siervo fiel y prudente el que en ninguna ca(da tarda en reprenderse interiormente por la contri– ción, y exteriormente por la confesión y la satisfacción de obra" 15 • Esta doble actitud interior y exterior de la penitencia es la que las Constituciones nos invitan a cultivar. Internamente "con (ntimo dolor por los pecados propios y ajenos" 1 6, teniendo "en gran aprecio ... el examen diario de conciencia y la dirección espiritual" 17 • Externamente con "la confesión frecuente de nuestros peca– dos"18, por cierto "mediante este sacramento, además de disfrutar del beneficio de la muerte y resurrección de Cristo, participamos más (ntimamente de la Eucaristía y del misterio de la Iglesia" 19 • 13 Const 101.4. 14 Const 101,7. IS Adm 23; FF 173. 16 Const 105,1. 17 Const 106,4. 18 Const 106,4. 19 Const 106,2. 96

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