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CAPITULO VII La vida de penitencia de los hermanos Premisa Si el método adoptado por nosotros en este estudio de las Constituciones es de investigar, ante todo, el concepto clave de todo Capítulo y, después hacer girar en torno a él todo el material del mismo Capítulo, es necesario decir, en relación a este séptimo Capítulo, que es la clave de las claves para comprender todo lo que las Constituciones contienen; su característica fundamental es la de haber hecho propio el espíritu de las Bienaventuranzas, que es el de cambiar todo lo humano y, evidentemente, todas las cosas y verlas de modo nuevo. Miremos por ejemplo, en comparación con las Constituciones, nuestra Regla presentada no tanto como "ley" sino como "ideal"; la oración no tanto como nuestro "decir" sino como el estar atento a la "escucha"; la pobreza no en la acepción más común como "penuria", sino en su aspecto más radical de "despojo de sí"; la fraternidad no como "equilibrio de convivencia", sino como una constante ocasión de "don" recíproco; el trabajo no como "necesi– dad" o como "deber", sino como "gracia"; el mismo discurso continuará, como veremos, en lo referente al apostolado, a la obediencia, a la castidad, en una palabra, todos aquellos que son los temas de fondo de nuestras Constituciones. Pero el habituarse a este entrenamiento constante de cambio de perspectiva no es posible sin hacer nuestro el sentido evangélico de "penitencia-conversión" 1 , que es el tema de este Capítulo. Por este motivo he afirmado que aquí está la clave, no solamente de un aspecto de nuestra vida, como ocurre en otros capítulos, sino 1 Const 101,3. 92