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da, no pretendiendo que, por nuestra comodidad, los otros sean santos 10 • Posteriormente, confesará, en un texto ya citado, que si hubiese querido no habría en el mundo un jefe más temido y obedecido que él, pero que había renunciado a este prestigio para ponerse en el último puesto. Esto ser un antípoda de la mentalidad farisaica "de recorrer mar y tierra para hacer prosélitos" y por lo cual le hacía pedir humildemente al Señor le otorgase como compañero y discípulo a un gentil hombre, que tuviese las mejores cualidades para ser hermano, pero sin embargo, ni soñaba vincularlo y conquistarlo con su palabra inflamada y su enorme prestigio 11 • Por ello, se sentirápoco patrón de la familia que se reunía en torno a él y que reconoce en él al padre y al maestro, de modo que, puede pensarse, incluso con alegría, en la posibilidad de ser extremista, aun en sentido negativo, y de ser guía de esa familia, demostrán– dose a símismo y a los demás cómo percibía la familia como un don y no como propiedad 12 • Verdaderamente podríamos decir que no hay un modo más lógico y genial de reconocer en el hermano, aun en las circunstan– cias más problemáticas y difíciles, el don de Dios. Sobre lo que es el fundamento de la fraternidad, descrita anteriormente, se propone el modo cómo debe comportarse en ella. Como si fuesen círculos concéntricos que del interior se expan– den en giros siempre más amplios hacia el exterior, podríamos distinguir en el estilo de las Constituciones cuatro niveles de comportamiento sobre aquellos que, con diferente título, son hermanos. 1 ° CtaM; FF 234. 11 Flor 37; FF 1871. 12 2C 16,145; FF 729. 84

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