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En cambio, la disponibilidad en el amor es la decisión de despojarse de lo que es íntimamente nuestro para ser don para los otros y compartir lo que somos y tenemos: "No nos apropiemos los dones de naturaleza y gracia como dados para nosotros, antes bien tratemos de ponerlos enteramente a beneficio del pueblo de Dios" 32 • Privándonos de esto, que de por sí debe usarse en provecho nuestro, nos encontramos con un estado de indigencia voluntaria, y, de este modo, quedamos en las manos de la providencia divina: "Llamados a seguir el camino evangélico de la pobreza, acostum– brémonos a padecer escasez, a ejemplo de Cristo y teniendo presente que San Francisco quiso ser tan pobre que, despojado de todos los bienes materiales y de los lazos del corazón, se entregó totalmente en manos del Padre que cuida de nosotros" 33 • Por otra parte, no podía faltar en las Constituciones el reclamo de la "renuncia a cualquier forma de poder social, polftico o eclesiástico" 34 , tan buscada y recomendada por Francisco que confesaba que, si hubiese querido, no habría en el mundo un privilegio más autorizado y más seguido que él, pero que había renunciado porque el Altísimo le había dado la gracia de adaptarse a todos aunque fuese el hermano más pequeño de la Orden 35 • Esto era lo que pedía insistentemente a sus hermanos 36 • b) La, pobreza exterior. En el mundo de la opulencia y del consumismo es muy difícil dar un sentido a la pobreza exterior, si antes no hemos aprehendido y hecho nuestro, de alguna manera, el sentido de la pobreza interior. 32 Const 59,6. 33 Const 74,1. 34 Const 60,4. 35 LP 108; FF 1663. 36 lR 6,3; 7,1; LM 6,5; FF 23; 24; 1110. 67

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