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Así estamos llamados a constatar y cultivar el sentido de la precariedad y de la provisionalidad de todo lo que somos, tenemos y que está en torno nuestro y se nos exhorta: "Como peregrinos y extranjeros en este mundo, sirvamos al Señor en pobreza y humil– dad mientras caminamos hacia la tierra de los vivientes" 26 y "No nos apeguemos con afecto desordenado a los bienes terrenos, de forma que usemos de este mundo como si no lo usáramos, para gloria del Padre y utilidad de sus hijos" 27 • Y, si esto no es un simple modo de decir o una abstracta profe– sión de fe, seremos contagio seguro de "la esperanza de la vida futura" 28 y modelo eficaz de libertad interior que tanto buscan los hombres de hoy sin encontrarlo: "Los hermanos hagan patente a los hombres con la propia vida que, por la pobreza voluntaria, se han liberado de la codicia, raíz de todos los males, y de la angustiosa preocupación por el d(a de mañana" 29 • Otro modo fundamental de vivir la pobreza interior, es decir, el desprendimiento de sí mismo, es "la plena disponibilidad", "la disponibilidad en el amor": "la pobreza evangélica y su pe,fección consiste en la plena disponibilidad para con Dios y con los hombres" 30 ; "la pobreza evangélica comprende la disponibilidad en el amor, la conformidad con Cristo pobre y crucificado que ha venido a servir" 31 • Se habla precisamente, no de una genérica disponibilidad, sino de una "disponibilidad en el amor", bajo el modelo de Jesús; porque existe también la disponibilidad de quien busca en la entrega total el desahogo de las propias energías, el logro de sus metas, el reconocimiento, la gratificación, las ocasiones para sentirse realizado con la propia actividad. 26 Const 62,2. 27 Const 74,4. 28 Const 60,6. 29 Const 67,1. 30 Const 74,3. 31 Const 59,5. 66

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