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y es tan intensa que, admirado, por ejemplo, del instinto de las abejas "tanto que a veces se pasaba todo un día en alabanza de éstas y de las demás criaturas" 41 , por el mismo motivo, no se atrevía a apagar una llama de la candela o de la lámpara en la cual contemplaba a Cristo luz del mundo 42 , que prohibía eliminar una línea escrita de modo equivocado porque quizás aun en el error humano veía la historia guiada por Dios 43 • Hecho este noviciado de contemplación que podemos llamar "contemplación informal" que, por desgracia, despreciamos como si fuese un juego infantil, no llega a ser un ejercicio más, hecho en su momento, sino un modo de sentir y vivir que nos vincula de tal modo que nos impregna totalmente, como parecen decir estas palabras: "La oraciónfranciscana es afectiva, es decir, oración del corazón, que nos conduce a la íntima experiencia de Dios. Cuando contemplamos a Dios, sumo bien, de quien procede todo bien, deben brotar de nuestros corazones la adoración, la acción de gracias, la admiración y la alabanza" 44 • Entendido todo esto y propuesta constantemente la búsqueda de Dios en todas las cosas, no tenemos necesidad de particulares técnicas de oración, hoy tan en boga; todo fluye natural y espon:– táneamente en el tema de la plegaria sin rasgos especiales y esfuerzos gravosos; así se llega de la contemplación que hemos denominado "informal" a la ''formal", con espontaneidad, casi sin darnos cuenta de ser almas contemplativas 45 • Así, todo será claro y por experiencia comprenderemos que la oración mental es la maestra espiritual de los hermanos 46 ; com– prenderemos que "es de suma importancia llegar al pleno conven– cimiento de la necesidadvital de orarpersonalmente (de necessitate 41 lC 29,80; FF 459. 42 2C 124,165; FF 750. 43 lC 21,82; FF463. 44 Const 46,6. 45 Const 52,6. 46 LP 86; FF 1598. 58

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