BCCCAP00000000000000000001196

fortaleza 16 y también de guardar respeto y de tratarlos, incluso, con espíritu de sumisión 17 • Nosotros, ciertamente, -al menos la mayoría- no somos como San Francisco, llamados a marcar la historia; nos bastaría, por ejemplo, con cesar en la reprensión de los males de nuestra época y hacemos, en cambio, disponibles, no interesa en qué medida, para lo positivo que comporta todo acontecimiento. Es lo mismo que decir que hemos acogido la invitación a colaborar con Dios en la historia y que ésta es la verdadera "escucha" y la auténtica oración. Escucha de la voz de Dios en la vida de los hombres. Se puede afirmar que hay un humanismo hecho de oración, es decir, una sensibilidad sobrenatural hacia el otro que descubre a Dios y se mantiene en contacto verdadero con él. Siempre en relación a San Francisco, que en esto es único, en inspiración y en ejemplo, se observa cómo él ve en el hombre la misma imagen física de Cristo: "Repara, ¡oh hombre!, en cuán grande excelencia te ha constituido el Señor Dios, pues te creó a imagen de su querido Hijo según el cuerpo" 18 • Por consiguiente, un cuerpo desgastado por la lepra, puede según el instinto natural, ser objeto de horror y, en cambio, a la luz de un humanismo que nace de la fe, llega a ser para Francisco un objeto de alegría buscada con avidez: "Si de algunos -entre todos los seres deformes e infortunados del mundo- se apartaba instintivamente con horror Francisco, era de los leprosos. Un día que paseaba a caballo por las cercanías de Asís le salió al paso uno. Por más que le causara no poca repugnancia y horror, para no faltar, como transgresor del mandato, a la palabra dada, saltando del caballo, corrió a besarlo ... Lleno de admiración y de gozo por lo acaecido, pocos días después, trata de repetir la misma 16 FF 2236. 17 lR 16,4; FF 43. 11 Adm 5,1; FF 153. 51

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz