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vocacional por ellas descrita y que se concreta en tres momentos: la "conciencia" del beneficio recibido, la consiguiente necesidad de "ofrecer" a los otros aquello que se ha recibido como don, la demostración o "testimonio" de la riqueza y validez de nuestro vivir. Todo esto se dice en el texto que estamos citando pero se advierte, también, que esta credibilidad y este dinamismo no se crean con estructuras organizativas, sino que es sólo un reflejo de entrar realmente en un camino de "continua renovación". "La solicitud por las vocaciones procede principalmente del propio convencimiento que tienen los hermanos de vivir ellos mismos y ofrecer a los demás un ideal de vida riquísimo de valores humanos y evangélicos. Al abrazar esta vida, los candidatos desarrollan su propia personalidad prestando u,n auténtico servi- b,:;:.... ~ .. a,· \ cio aDiosy a los hombres.Ahora bien,para ofrecer un testimonio manifiesto de este género de vida, es necesaria nuestra continua renovación" 47 • Hay muchos modos y muchas técnicas de promoción vocacio– nal, pero lo fundamental y típico nuestro es apostar por un género de vida que nos hace y manifiesta plenamente realizados en la medida en que somos consagrados al servicio de Dios y de los hombres y cultivadores envidiables de nuestros recursos humanos. Este es nuestro carisma y nuestra capacidad de toma de postura sobre los otros. Evidentemente, todo esto se realiza sin distinción de deberes, aunque algunos, respecto a otros hermanos, son punto de referencia más específico para los ya llamados y para los que serán llamados: "Todos los hermanos colaboren con diligencia en la tarea de promover las vocaciones, movidos por el deseo de cumplir los planes de Dios según nuestro carisma" 48 • 47 Const 15,1. 48 Const 15,2. 45