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el espíritu de Dios, y as( es que recibo con gusto tus interpretacio– nes, porque sé que proceden solamente de Dios" 24 • El error en que caemos es de creer que esto sea exclusivo de Francisco y no un patrimonio que ha dejado a sus seguidores y que con coraje debemos aceptar, cómo las Constituciones, de modo especial en este capítulo, nos invitan a realizar, hablando de "retorno a la primigenia inspiración, es decir, a la vida y Regla de nuestro Padre Francisco, mediante la conversión interior, de tal manera que nuestra Orden se renueve continuamente" 25 • La "comprensión espiritual" de este último texto de las Consti– tuciones y según el texto antes citado de De Lubac, es fuente de conversión y de renovación continuas, porque el que se cierra en el ámbito de la fidelidad a una norma se siente con facilidad satisfecho de repetirse sin renovarse, pero el que penetra en el sentido profundo de la Palabrade Dios y trata de hacerla instrumen– to de vida, necesariamente entra en un proceso de replanteamiento y en la exigencia de una adaptación continua. Precisamente esta exigencia viene cada vez más recordada y repropuesta en este Capítulo y desarrollada después, más amplia– mente, en el Capítulo VII sobre "La vida de penitencia de los hermanos". Las expresiones que conviene subrayar son éstas: "pongamos empeño en imitarlo (a Francisco), en cultivar diligentemente su patrimonio espiritual con nuestra vida y nuestras obras" 26 ; bus– quemos "a la luz de los signos de los tiempos, formas nuevas de encarnar nuestra vida, las cuales deberán ser aprobadas por los legítimos superiores" 27 ; procuremos que "según las diversas regiones, culturas y exigencias de los tiempos y lugares, se busquen modos más aptos, inclusopluriformes,para la vida y el apostolado 24 lbiden, p.585. 25 Const 4,2. 26 Const 3,2. 27 Const 4,3. 30

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