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Al margen de los términos usados como "estímulo" y "asidui– dad", que expresan una exigencia de investigación jamás satisfe– cha, la "comprensión espiritual" no es sino la experiencia personal que estamos llamados a realizar, poniendo en práctica en el quehacer diario lo que en principio está en la mente. Somos llamados en nombre del estilo de vida de San Francisco a convencernos de que el "Evangelio real", si se puede decir así, no es tanto comprender la invitación que ese Evangelio nos hace y, quizás llegar a ser excelentes teóricos de proyectos, sino hacernos nosotros mismos "cobayas evangélicos", es decir, querer experi– mentar en nuestra piel lo que esto supone de pena y alegría. Esto y no otra cosa quiere decir la expresión concisa y simple "comprensión espiritual", por desgracia desaparecida en la más reciente traducción. Si no llegamos a este modo de recepción del Evangelio, éste será necesariamente algo ficticio y verbal y, éste no es el modo franciscano de vivir "según laforma del santo Evangelio". Para profundizar este aspecto, esencial para nosotros, he aquí una selección de textos tomados de De Lubac 15 : "En la Escritura hay fundamentalmente dos sentidos: el literal y el espiritual; y éstos están en continuidad, no en oposición" 16 • "La letra es de cualquier modo el sentido literal aséptico, privada del poder espiritual que lo contiene en germen" 17 • "Ciertamente, el sentido literal proviene también del Espfritu Santo. Todo sentido real de la Escritura es inspirado y la inspira-· ción es única. Más aún, hasta que no sean comprendidos en profundidad no se puede captar completamente la intención del Espíritu Santo" 18 • 15 DE LUBAC, Storia e Spirito. La comprensione della Scrittura secondo Origene, ed. Paulinas, 1971. 16 lbiden, p.264. 17 lbiden, p.578. 18 lbiden, p.580. 28

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