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Es también una penitencia el apreciar y vivir coherentemente nuestra vocación: "Ante todo, recordemos que nuestra misma vida consagrada a Dios es una extraordinaria forma de penitencia" 29 • Además, hay toda una serie de momentos y ocasiones para interpretar y vivir el espíritu de renuncia, el desprendimiento y el servicio al prójimo que nos hacen semejantes a Cristo: "En conse– cuencia, ofrezcamos por nuestra salvación y por la de los demás la pobreza, la humildad, las molestias de la vida, el fiel cumpli– miento del trabajo cotidiano, la disponibilidad para el servicio de Dios y del prójimo y el fomento de las relaciones fraternas, los achaques de la enfermedado de los años, e incluso las persecucio– nes por el Reino de Dios, a fin de que sufriendo con los que sufr~n nos alegremos siempre de nuestra conformidad con Cristo" 30 • Todo esto se refiere, sobre todo, a una actitud de educación o de reeducación interior pero también externamente debemos dar un sentido al concepto de austeridad, especialmente en tiempos como el Adviento, la Cuaresma cuando toda la Iglesia es llamada, de modo especial, a cumplir el deber de la mortificación y de la renuncia: "En tales días dediquémonos con mayor diligencia a aquellas obras que ayudan a la conversión: la oración, el retiro, la escucha de la palabra de Dios, la mortificación corporal y el ayuno en fraternidad. Compartamos fraternalmente con otros pobres lo proveniente de la mesa del Señor a causa de nuestra mayor moderación, y practiquemos con mayorfervor las obras de misericordia, según nuestra costumbre tradicional" 31 • Por desgracia, nos dejamos llevar del standard de vida moderno y el verdadero ayuno puede parecer hoy incompatible con nuestro organismo, pero eso es posible si tenemos el coraje y la tenacidad de convertirlo en un hábito. Otro modo importante de austeridad, que se puede aplicar a un 29 Const 102,4. 30 Const 102,5. 31 Const 103,4. 99

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