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1990 LA DIVINA POMADA Para comenzar con buen pie un año que ya se anuncia animado los padres patrios crearon, a costa del cantón Shushufindi, una nueva provincia amazónica: Sucumbíos. Mientras los runas de Pompeya están a lo suyo (esto es, soñando que siguen siendo cazadores cuando no les va quedando otra que pasar al dudoso gremio selvático de agricultores o ganaderos), los políticos fueron cayendo aquí como oropéndolas a la uvilla en sazón. Si les arrimamos nuestros votos prometen salvamos de cualquier desdicha: ¡vótenos y échense a dormir! Llegan encanoas exhibiendo parecido conocimiento del terreno al de Orellana. Hacen pie en la isla creyendo que toparon con las Indias y olfatean buscando el aroma de la canela, valga decir, los votos. - ¿Dónde vive la gente en esta parroquia? - Acá no hay poblado, la gente vive donde le sale de la voluntad - repetimos por milésima vez a los extraños. Las "fuerzas vivas" del cantón desconocen si esto es una isla, tampoco repararon en que la comuna tiene sus tierras y centro poblado en la otra ribera, o sea en el cantón Orellana. Todo ello importa un rábano frente al gran interrogante ¿quién se llevará los 450 votos de estos inocentes? De ahí que no puedan creer la desgracia de no encontrar al auditorio, - ¿A quién hablamos ahora?, traíamos un poco de propaganda y el traguito... En efecto, en sus maletines se deja ofr el tintineo de las botellitas llenas de ideología partidista. Todos ellos son herederos del gran Velasco !barra quien había simplificado al máximo la estrategia electoral: "¡Dadme un balcón y seré Presidente!". 89