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He aquí el hombre por encima del stres, de la melancolía, de las neurosis o del infarto. Cuando lo precisa, revienta un zancudo de un manotazo yentodomomento sigue perfeccionando su tesis bajo el parasol de los cocoteros: la vida es una sombraque pasa, omejor, que se balancea. A veces adelanta alguno de sus principios doctorales: - Si has de morí sin ná, ¿a qué matate en el trabajo? Que es ni más ni menos lo que dijo el pensador: "más vale un puñado de descanso que dos de fatiga" (Ecl 4,6). Napoleón Brito alcanzó la sabiduría. YO CONFIESO Sólo los locos, los niños y los borrachos dicen la verdad, asegura el vulgo. Tal vez por eso podamos considerar estas palabras dichas por un colono en Tierras Orientales tras el suero de la verdad que es a veces la borrachera. -La selva era de los indígenas, no voy a discutir eso. También lo es de los huacamayos o los sajinos. Hablemos a calzón quitado. Los indios son como pájaros o animalitos salvajes; nosotros somos los cazadores. Si Vd molesta a una manada de huanganas, los brutos se van a otro comedero; igual les da esta zona.que aquella de la selva, viven en cualquier sitio. Entonces le digo, la selva fue suyapero cada vez les queda menos, porque nosotros nos afincamos y no somos aves de paso. Es ley de vida. La vida es de los vivos yno de los pendejos; los cazadores siempre acabarán alas loras. Nadíe cambiará eso. 87

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