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MONS. PROAÑO: LA PAZ Y LA PALABRA Mons.Proaño - Proafio es una bandera. Las banderas cobijan ideales, en este caso de Dios, del hombre, del mundo, de la Iglesia, que comprometen y orientan su vida -declaró urbi et orbi un obispo ecuatoriano. Incluso diría que es más que una bandera, se ha mostrado como un redentor desde los pobres. - Dr. Borja-pidióProaño envísperas demorir-, que lacultura indígena no sea ofendida por la cultura dominante; que su Gobierno respete y haga respetar ese tesoro que es la cultura indígena. - Se hará como Vd. diga, -respondió Borja. Proafio no salía de su asombro. - Debo estar ya muerto -pensó; porque ya decía mi papá, líbranos, Dios, del día de las alabanzas y los cumplidos. (Y, en efecto, los periódicos traían a toda plana la noticia de su fallecimiento. Los elogiosos titulares eran grandes como lápidas). Sonreía muy suavemente, pero los que rezaban llorando junto a él no le notaron nada porque como buen cadáver lo hacía para sus adentros. En ese momento creía recordar que incluso cuando fue propuesto para el premio Nobel de la Paz, no hace tanto, faltaron esas alabanzas de sus hermanos pastores. Bueno, así son las cosas de palacio, van despacio; a menudo llegan incluso un poquito tarde. Recordó también que, asimismo entonces le faltó la simpatía del Poder que por aquel tiempo tenía otra etiqueta. Pero en las últimas horas,. ¡tantas visitas, tantas medallas y condecoraciones, que a poco no le dejan dar el paso! ¿Qué somos los hombres, envidiosos o desmemoriados? Seguramente ahora sonbondado– sos con más tranquilidad. Un muerto no suele coger la palabra y siempre parece agradecido. - En todo caso, es hermoso. Gracias, hermanos. 74

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