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Pero no crean esa tontera de que la cigarra muere de hambre en el invierno. La envidia más profunda resulta al verla sobrevivir sin ni siquiera necesitar graneros. La choza es un ser vivo Todavía quedan las chozas de palma a donde llega esta noche la lluvia como unamano amiga. ¡Qué caricia de silencio y frescor! Si el techo fuera de cinc, los dedos deestatonnenta golpearlancomounaferoz perdigonada, llenos de burla y violencia. Sin embargo, en la paja se acogen como jugando, besando inumerablemente esta cabeza vegetal, deslizándose por su tobogán vertiginoso... También para el sol la choza con su sombrero de paja es un pozo de sombra o de agua. Por las celosías del pambil se persiguen las brisas y al pisar el suelo la chonta proclama su rumor. Toda la casa está viva cuando caminas por ella y te comunica su tacto o su voz como un ser. Amaneciendo Con el frío de lamañana se ve el aliento del Aguarico subirsuavemente desde el cauce comounaniebla sobre el poblado. Los perfiles desaparecen y el aire queda embrujado, asediado por los gritos de la selva. Teofanías -1- Los indígenas hacen las paces cada mañ.ana con la naturaleza. Bajan al río como a un Jordán, bautizándose de pureza y alegría. Mirad ahí, todavía vivo, el milagro del Arca: perros, patos, gallinas y secoyas renuevanla amistad conlas aguas. Por algún sitiohan de estarlas palomas con el ramito en el pico. Me asalta la mágica sensación de vivir a espaldas del tiempo. A esta ribera podría· llamarle Ararat. Pues aún perdura el hechizo primero, cuando Dios miraba su obra y se sentía bien. 69
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