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-De ella. Y la mujer mansamente sefiala a su hija que babea, sonriendo, golpeándose el pecho acurrucada en un rincón como respondiéndome. Ella, pues, comprende; hasta puede que mejor que yo. Quizá entienda la pesadilla que su mamá me relata: cómo alguien que nunca descubrieron abusaba de su hija, mientras los esposos trabajabanenelmonte, hasta que la dejó prefiada y dio a luz a esta chiquita que es hoy el aliento de la casa. Mire usted por dónde y lo enredada que es la vida. El cafetito que me ofrendan en la finca siguiente es para estómagos de perro: un grasiento caldo con presa de gallina, para tapar huecos el consabido seco de arroz y ave. Tinto para beber. Después la despedida ritual: - Sabrá perdonar la pobreza. 9 2 • Preguntas para una boda criolla: el traficante Enseguida viene una pareja joven con ganas de quedar 'bien casados' aprovechando mi visita. Como es natural el muchacho plantea el asunto tal que si sólo le concerniera a él; entretanto su enamorada, medio paso atrás, vista sumisamente baja, ofrece la imagenmás indefensa ycasta que imaginarse pueda. Un poco alejado, el papá de la novia pennanece alerta para lo que fuere menester. Siempre me río un poco de mí mismo antes de iniciar estas "prepara– ciones al matrimonio"; más que nada como medida preventiva. ¡Qué papelón este de "prepararlos"!. Me dispongo a una discreta mudez en asunto tan vidrioso; a lo más pregunto, tratanto de no entrometenne demasiado ni evidenciar mi invariable sorpresa. Es reglamentario, por imperio de la ley ecuatoriana, interesarse primerito sobre su matrimonio civil, absolutamente indispensable. Des– pués, es unaeducadadeferenciadarles oportunidadparaque hablende sus hijos, cuántos, cómo están; ellos saben, asu vez, aprovechar el tumo para redondear la faena sacramental solicitando el bautizo simultáneo de los bebés habidos. Tienen también la piadosa costumbre de hacer, con este 62

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