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- Traía un papel finnado por los PP. franciscanos de un santuario, decía allí que la imagen era milagrosa. Además el hombre me supo decir que lo enviaba de la misión Mons. Langarica. - ¿Cuánto le costó? - Vea padrecito, me dio otro manto de repuesto para el Niñito. - Doña Celia, dígame por favor cuánta plata le dio al señor. - Diez mil sucres. Se me nublan los ojos de pesar, ¿quién ha podido moldear asf estas conciencias dejándolas en tal desamparo? Amenazados por el miedo, la ignorancia y la miseria, se refugian en la magia más que en el amor o la solidaridad. ¡El sueldo mensual de un maestro campesino por una infecta imagen de 150 sucres! S 11 • Descripción de un interior de cabaña campesina Al Norte limita con la mayor carencia: paredes de tabla mal pegadas, techos de ruidoso y ardiente cinc, una que otra banca de madera. La cocina debe su nombre al fuego, ya que no a otros utensilios. Camas no hay, ni menos annarios de los que ni el nombre se conoce. Como asimismo carecen de puertas, no será necesario ponderar su ventilación y cualidad de libre tránsito para personas, animales o insectos. Al Sur linda con el ahogo. Por lo dicho se comprenderá que no ha de ser por falta de aire, sino de lugar. Pues la familia de colonos suele ser rica en miembros e infortunio. No es raro encontrarse en las noches pasada la docena de cristianos tendidos en amoroso revoltijo por el suelo. La intimidad queda expresamente prohibida. Evidentemente el ahogo se multiplica en las casas en que los animales domésticos hacen cama redonda con sus duefios. Cosa no infrecuente. Para describir el tercer costado, echaríamos mano de palabras tales como: mezcolanza, leonera, caos, con su acostumbrado aderew de pringue y derivados. Contrariamente a lo que sucede conlos indígenas que viven en situaciones todavía más fatigosas, los campesinos consiguen dar 58

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