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-Esta noche le irá echando el agua ala guambrita queme dio D. Plinio. - ¿Cómo dice?, ¿le vendió una hija? -Bueno, padrecito. Vos sabe que yo había 6 hijos, todos varoncitos; mi señora bien quería tener la guambrita y, yo no quiero hablarmal de nadie, pero ya usted vio como son de abandonados los huahuitos del curandero. D. Plinio resultó contento de entregarme unita. Intento poner un rostro circunspecto de hombre bien avezado a semejantes tratos y cuando llega de vuelta el terrible Plinio, le oigo decir con soltura: - A ése lo tengo curado; en nadita se pone otra vez a rodar tierras. Nadie se asombra de la profecía, aunque yo piense que se trataría de unmilagro manifiesto, dada la calidad yasepsia del tratamiento aplicado. Pero, estaba deDios que las sorpresas no acabasen ahí; antes de anochecer me cuentan de otros dos hijos que Plinio regaló a un carpintero sin descendencia. El colono informante dice con serena cachaza: - Seguramente, padrecito, regó por ahí algunitos... FIESTA BRAVA EN JOYA DE LOS SACHAS Los toreros Aunque las hermanas de Sachas están curadas de espanto no dejó de sorprenderles la petición: -Buenas tardes, madrecitas. Somos toreros ecuatorianos que estamos preparando una corrida de toros en el poblado. Queríamos solicitarles el parlante del carro para un giro comercial. Dicho esto, les entregaron un pasquín donde este muchacho de cara roída de viruela se hacía llamar "Vicente Vega, Temerario torero del Ecuador", y el morenito de cuerpo cimbreño, "EL Gitano, fino, valiente 35

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