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- ¿Cómo empezó de sobador, D.Virgilio? -Vea padrecito. Yo estoy nacido en el Carchi, casi colombiano, enpura tierra de ganado. Allí pasaban a las veces accidentes con las bestias. Un día se le quebró la pata a un toro y nadie quería curarlo, yo fuí a componerlo como fuera pudiendo y resultó que se puso bueno. De ahí me vino el nombre. Tengo el don -dicemientras me enfoca su ojo yse restrega las manos en la camisa churretosa-, soy el mejor. Plinio, el componedor de 'La pantera' Surcar en este demoradfsimo verano por el Eno hacia La pantera, es una iniciación al pasmo y a la fantasía. El agua, fatigada, se desliza bajo la reberveración total, ensoberbecida, del sol. De la superficie emerge un espectral sueño barroco de palos retorcidos, playitas calcinadas y tambos sionas en ruinas... el secreto mundo de los ríos orientales, temible de leyendas, poblado de espíritus vitales y ánimas de ahogados. El moreno Gallegos maneja suavemente la canoa internándonos en un paraíso que el hombre tan sañudamente está empeñado en destruir. ¡Qué silenciosa tristeza pone en el aire la agonía de los ceibos, naranjillos, dormilones, laureles, tumbados en los taludes del río! Cruzamos alguna . quilla siona donde, entre lamujerpuntera yeltimonel, hacensitio a nifíos, perros y racimos de verde; mudos, hieráticos, se deslizan por su auténtico universo que están comenzando a extrañar... - ¡A misaaaa... ! Canta el negro Gallegos. Detiene la canoa yde lajunglabrotan familias enteras que se acomodan a como dé lugar en la enorme barcaza. La propia gente del canoero se nos junta: seis hijos azabache y una suquita chiquita -vaya usted a saber por qué capricho de la genética o del amor. De pronto, irrumpe en la ribera, ahuyentando locas bandadas de pericos y a las hambrientas pacharacas, una desastrada figura. - ¡Qué hubo, Plinio! -dice Gallegos. Éntrese para la misa. - ¡Téngase un ratito, que hay herido en la casa! 33

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