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participangremialmente de laprocesióndel viernes... yel sábado de gloria se acogen con renovados bríos asu viejo oficio de emblema delmachismo. En estos días se hacen legión los "afieros". El consumado chuchaqui confesará ritualmente sus melopeas, lomismo que pedirá gracia el devoto de las sefioras ajenas. Realmente, celebramos la Semana Santa; pero la Pascua, ¿dónde está?. m. Moral de situación Más que nunca en estas fechas nos sentimos desbordados porla injuria de lavidade estas gentes. Ciertamente hay que estarcerca yquererles para percatarse de cuán escandaloso es que estas personas padezcan como lo hacen. La cristiana moral europea queda avergonzada ante tales existencias. ¡Qué infamia insistir acá en la dudosa ética de una sociedad opulenta, preocupada de las pajitas del ojo ajeno, yque no atiende ala grosera rapifia de su progreso! Y, sin embargo, creemos que el Evangelio es la única buena noticia que, hoy por hoy, alcanza a estos labr~dores y pioneros lanzados al extremo de lo inhumano. Acaso ladifícil esperanzade Jesús puede ser para ellos algo más que resignación y abandono. Frente a las palabras que diariamente oyen de los amos, inventadas para ocultar su pensamiento, apostamos por esta Palabra, que dice la verdad sin reposo. Sin ella, la sociedad del Oriente quedaría convertida en una poza de caimanes. IV. Teología de la bendición ¿Qué fe es la que teje la fantasía verde-amarilla de los ramos shuaras?, ¿qué alegría alza ese bullicio de palmas, incesante?. No podríamos jurar que se trata de la apostólica, o al menos de la romana. Simplemente caminamos en la algarabía procesional entre gentes de cualquier raza y atavío, ganadas por la fiesta; Flaqueados por el carrito que vende raspaditos de hielo coloreados de mermelada. Atosigados de nifios que se ríendela explosióndemográfica. El sol sonríe en todo el cielo 27

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