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sobrecarga, se volteó en pleno río pereciendo dos mujeres. Sin embargo los jefes salieron a la carrera aprovechando la densa niebla que esa mañana aguantó en el cielo hasta mediodía poniéndoles al resguardo de los disparos enemigos. Éstos son los héroes de las placas conmemorativas. Recuerdo cómo el mayor cruzaba ante la hacienda Arcadia gritando, "¡Rocafuerte está en cenizas!, ¡Manuel Ignacio murió! Orden del mayor Escalante, huyan todos, lleven hijos y mujeres!". Eso nos decían aunque no era la verdad, nuestros militares encabezaban la flota de canoas en fuga. Llegaron hasta Nueva Armenia, donde Pando, exigiendo embarca– ción; más tarde dejaron en Edén, donde el capitán Ricaurte, los pocos soldados que para esa hora los seguían y sin mirar atrás continuaron con el mismo aliento hasta Sta. Rosa. Yo vi en el Suno a esos cobardes que gritaban todavía," ¡Escapen, ocúltense, regresen!". De Tena pasó a Quito donde sus cuentos le valieron una condecoración. Muchos días después Escalante regresa con víveres y ropa, pero las mujeres le hubieran linchado si baja de la canoa, "¡Traidor, maldito, vendido!", le gritaban. Un largo adiós No, no hubo heroísmo oficial aunque el sufrimiento de la gente fue indescriptible. Hubo centenares de personas caminando, hambrientas y desesperadas por el monte; cientos de quillas y canoas ocultándose de las patrullas peruanas porlas chictas y cañaverales, durmiendo en las playas. Sobrevivimos aprovechando las aves, chacras y comida de las casas abandonadas. Los aviones anfibios enemigos volaban bajo reconociendo a los fugitivos, en general sólo los soldados eran molestados. Todo fue abandonado. Haciendas como Armenia, delos S. Miguel, con 300 familias de indios, fábrica de aguardiente, unas mil cabezas de ganado, en fin, un verdadero pueblo, quedó abandonada en un instante. Los grandes almacenes de los Cabrera, las fincas de los Llori (una de ellas tenía una piara de más de 300 chanchos) y todas las demás quedaron en nada. Jamás se recuperaron y hasta hoy la región no ha vuelto a ser tan productiva o a ofrecer tanta riqueza agrícola y ganadera. Sólo Pando aguantó en su finca defendiendo tierra y gentes. Durante al menos quince días fueron llegando hasta él huidos maltre- 109

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