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(Presidente ecuatoriano asesinado en Quito en 1875) los Gobiernos abandonaron esta región. Ya lo dije, hasta el 33 no hubo una guarnición militar en el Napa; de rato en rato mandaban un jefe político y unos soldados, pero siempre se olvidaban de las partidas (sueldos). Estas gentes caían acá con la barriga hambrienta, todos ellos de mano pesada para los impuestos o las ladronerías. Muchos colonos se cansaban de tanto abuso y pasaban al lado peruano. En realidad los del sur no conquistaron nada en el 41, hicieron una guerra de apariencias y se contentaron con asegurarse lo que ya tenían conquistado. Eso sí, porlos gastos se comieron un poquito más en el Yasuní o el Aguarico, pero lo mayor ya estaba hecho, las autoridades de acá se lo habían puesto en la boca. - Pero la guerra se dio, ahí están los héroes, las conmemoraciones patrias. - Paisano, ¿de qué vas a hacerme hablar?, ¿de Rivadeneira, cuyos hijos viven por Tena, de sus hazañas en Torres Causana? Eso todavía no te lo voy a contar porque aún me juego la garganta. Vete a ver la placa que está en el palacio Presidencial en Quito, mira esa pendejada de nombres y recuerda esto, todo eso es pura mentira, una cosa terrible que es mejor olvidar. Sí, mejor ni te cuento. Muchas cosas, cosas que no están escritas en este relato dijo D. Pando y quizá sean recordadas en alguna ocasión propia para que quienes no vieron ni oyeron sepan de qué manera se construyen los héroes o dioses o becerros. HÉROES Y TUMBAS (II) Relatos apócrifos Dejábamos el capítulo anterior con el sermón de la llanura amazónica en boca de D. Crespo. Este Pando astur-ecuatoriano, profeta del pasado, enmienda en muchas líneas la cartilla de la historia local, convertida por 105

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