BCCCAP00000000000000000001195

circo político, hacerlo en público. Puede comprenderse su omisión en los discursos patrioteros, ocupados con demasiada frecuencia en definir los tópicos de la más rancia inanidad. Del otro lado, la antigua izquierda marxista, (venida a ser, después de sucesivos cataclismos ideológicos, izquierda sonriente) tenía el disco rayado por la línea de la deuda externa; aestadeudainternanollegabanunca.Sinembargo,¿cualdelasdosdejará más exangüe al país? Recuerdo que Gonzalo Ortiz, entonces redactor jefe del diario HOY yministro "in pectore" del inminente gobierno de Borja, me confesaba en la presentación de "Crónica Huaorani", "ahora tenemos una ocasión única, está en nuestras manos no sólo el poder ejecutivo, sino incluso el legislativo. Si los de Izquierda Democrática no conseguimos moralizar esta nación es que no tenemos remedio. Ahora o nunca". Bien, a las pruebas me remito. Anteayer, Abdalá Bucaram, aspirante a Presidente, demostró ante la televisión del país la connivencia del anterior mandatario, Leon Pebres Cordero, con la mafia narcotraficante del caído Noriega. Dejando a un lado las grotescas maneras de este candidato, la utilización política del momento, su denuncia parecía seria. Resulta obvio que un Presidente no puede actuar enun caso semejante de manera aislada, por tanto habría que buscar en el cesto de palacio el contagio alrededor de lamanzanapodrida. Nada de eso se ha intentado, esmás, ni siquiera la inspirada revelación de Abdalá alcanzó la humilde categoría de noticia. Otro mensajero gritando a un aburrido auditorio de sordos. Por cierto, Guayaquil, lapatriachica de este colérico profeta sincausa, parece especialmente dotada parala crianza de mangutas. Concretamente su municipio es un vivero para esa especie, una auténtica chorizofactoría. Cuando no terminábamos de admirar la destreza de sus ladrones en los recolectores de· basura (según está publicado, los mismos funcionarios averiabanlos camiones, aliviabanlos recambios yterminaban desguazan– do todas las máquinas), nos sale el alcalde despidiendo a 4.000 pipones. (Nota para no advertidos: el pipón es un fruto tropical. Se trata de un funcionario que no es ya que no trabaje, es que ni siquiera se toma la molestia de acudir al lugar de su pretendido empleo si no es para cobrar). Puesto a contar el de la lechera, el sefl.or alcalde hace sus cuentas 99

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz