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Antes de pasar a los relatos, una última explicación para la palabra samai, equivalente a soplo, con el significado de aire vital, hálito o alma (si le despojamos a esta última palabra de algunos significados católicos como única, personal, intransferible, eterna). l. El aprender no se acaba nunca Dice el viejo Bandio: Algunos yachac aprenden pidiendo el samai que otro yachac poderoso les sople, lo hace en la coronilla que es el lugar preciso para que entre. Además les dan tabaco para tomar, no pueden donnir conla mujer y tienen muchas prohibiciones para la comida, por ejemplo el ají, la sal, la yuca caliente. O sea es un ayuno muy exigente y cuando comen lo hacen como si estuvieran enfermos, sólo aceptan pajaritos y cosas así. Nada más. Después de pasar por eso le hacen chupar [una de las acciones curativas, mediante la succión por la piel el yachac puede extraer las flechas u otros materiales que un brujo enemigo mandó al paciente de fonna mágica produciéndole la enfennedad] para ver si ha cogido poder. Algunos chupan y el enfermo sana al instante, otros no se curan tan rápido, eso depende de la propia cabeza del yachac y del poder que le transmitió su maestro. En cualquier caso para aprender a ser yachac hay que sufrir mucho. Es como la universidad, el cuerpo y la mente se esfuerzan, sufren aprendiendo y el aprender no se acaba nunca. Un yachac sabe estudiar y pensar mucho tiempo y además ir como a conferencias con otros más sabios hasta llegar a saber. Por eso cuando luego curan cobran bastante dinero, como los abogados. Los yachac llaman a los supai para que éstos les muestren cómo curar. Entonces el espíritu se posesiona de él, el alma creada por Dios sale del cuerpo y en su lugar queda el supai que habla a través del yachac mientras limpia al enfermo con un abanico de hojas [limpiar, aventar]. El yachac queda como muerto mientras el supai habla por su boca. Los supai se encuentran por todo, desde los cerros hasta el mundo subterráneo, los hay en los ríos y porlos árboles. Cada uno con su aspecto 92