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Sin duda la mujer conoció esa sabiduría hasta el punto de transformar su cuerpo a imagen lunar. Lleva en su rostro definitivo el tatuaje de los elegidos. 5. En elMuseo de Cicame enPompeya tenemos una hermosamuestra de esos antiguos pueblos, ahora numerosos tan sólo en el subsuelo. Lamás desarrollada cultura amazónica, entre las que conocemos por el momento en esta zona, se desvaneció en pocos siglos después de la conquista. Eran gente de río grande, con técnicas capaces de estabilizar y aumentar su población; naciones numerosas, guerreras, altivas. Todo ello conspiró para su perdición. Los conquistadores utilizaban los grandes ríos a cuyos habitantes regalaron a manos llenas su arrogancia, hambre, pólvora y enfermedades. Estos indios poblaban, todavía en el siglo XVI el medio Amazonas, ascendiendo por el Napo, Aguarico y hasta los alrededores de la actual Coca. Ocupaban, pues, las vías elegidas para la exploración amazónica y, por tanto, se rifaron todos los obsequios. Si los portugueses los aniquilaron en el Amazonas capturándolos para sus plantaciones de Pará, los espafioles no lo hicieronmuchomejor. Cierto que sobrevivieron dos siglos en las reducciones jesuitas, siempre a un alto precio, la pérdida de la libertad, la fusión violenta con grupos diversos, etc., pero ni siquiera eso fue suficiente. Uno de los grupos más conocidos de ese gran pueblo tupí-guaraní fue el de los Omaguas, sus últimos supervivientes en esta zona habitaron hasta fines del siglo XVIII nuestro sector. Un grupo vivía detrás de Pompeya, a la vera del río Jivino (Quebeno), en la antigua Capocuy; los restantes huyeron a las cabeceras del Tiputini convirtiéndose durante un tiempo en los famosos piratas del Napo. Los del Jivino sufrieron sucesivos asaltos de los colonos de Archidona y sus indios civilizados; los capturabanpara forzarlos alavaroro, trabajar de cargadores o como mantenedores de los caminos. Según un cronista, sus hermosas mujeres sirvieron para mejorar el talle y la tez de un grupo de quijos a cuya descendencia pronto se distinguió como "casta de omaguas". Por su parte los remontados del Tiputini solían bajar en sus rápidas canoas (no hubo en la Amazonia pueblo que les igualara en su habilidadde navegantes) para asaltar los convoyes intrusos, sobre todo los 89