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, RIONAPO Seña muy hennoso, corno dicen que Jesús hacía, pasear de pronto sobre estas aguas. ¡ Deslizarse sobre el Napo encreciente corno en un hielo tibio! Sin ruido, robando al paso las voces innumerables de la ribera. Dejarse ir en esa llanura que carnina... Seña lindo. Pero es necesaria demasiada fe. D. PIMBO Este serrano de Arnbato tiene ya muchas lunas vistas en el Oriente. Desde hace largos años es empleado de la Misión. Su oficio no es complicado pero sí bien sufrido, porque el suelo queda muy bajo cuando se trabaja con un machete. Es el ángel cuidador de Pornpeya, lindo jardín alabado porlos turistas; pocos tendrán en cuenta que es tan hennoso corno exigente. Este trabajador da fe de ello. D. Pirnbo es un corredor de fondo al que le quiere faltar el aliento a la vista de la meta. Cierto que nunca se cuidó en demasía. Es de los atletas que siempre han prefirido al agua bebidas de más grados y sustancia. Según él piensa, sólo a un desesperado se le ocurriría cuidarse para trabajar con más intensidad y prolongar esa agonía. Por tanto, renunció serenamente a la victoria en su lucha contra la hierba y, si no le consiguiéramos ayudantes, el césped seña a poco potrero y enseguida selva virgen. AhoraD. Pirnbo más que golpear, amaga. Ha desarrollado una enonne capacidad de asombro y con razón puede contarse entre los isleños más contemplativos. Nadie mejor que él para aconsejar sobre las virtudes de la sombra. Pese a todo, amenudo sufre enfennedades misteriosas corno es el caso de hoy en que, a su entender, le dolían todos y cada uno de los huesos. Para hacerlo evidente se señalaba el estómago. 7

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