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Francisco chicta-, no hay hombres para tantas. Solteras se quedarán. ¿Qué será de hacer? -No sé-habla Santos Dea-, tal vez tendrán que cambiarde postura para hacer los hijos. Ríen y el viejo aún replica: - Mejor es así con muchas. Alguno tendrá que venir a buscar, a nosotros ya nos tocó hacer eso. Y cuentan historias picantes y divertidas de tiempo atrás; cómo cada uno llegó a ser hombre completo, macho y hembra. - Cuando llega el momento, uno deja todo botado hasta conseguir mujer. Eso lo supieron hasta varones tan poco advertidos en devaneos como los mismos misioneros. De modo que al repasar el muy sesudo Libro de Actas, doy con la nº 15 donde reza: "El día 4 de marzo de 1960, a las seis de la tarde, previas las preces acostumbradas, el Rvdo. Padre Prefecto y sus consejeros padres Santos de Egués y Miguel de Huarte, se reunieron para tratar de asuntos que se detallan a continuación". Y en el número 3 de los Acuerdos nos sorprenden con la elaboración de un plan de intercambio femenino no poco insólito: "Para impedir que los indios del Napo y del Coca fueran atraídos porlos protestantes que les facilitan trabajo y mujeres en Limoncocha, se acordó dirigir un ruego a Mons. Spiller y a Mons. Zambrano, Vicario Apostólico del Tena y Prefecto Apostólico de Canelos respectivamente, para solicitar de ellos apoyo con el fin de solucionar, sobre todo, el problema de las mujeres". Para que Vds. consideren si no es dura la vida del misionero y en qué berenjenales han de verse inmersos varones tan encumbrados. Lastimosa– mente no queda constancia de la respuesta de parte de los mitrados y el "problema de las mujeres" debió seguir su curso, nada ecuménico por cierto. 72

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