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LOS INOCENTES Esta familia siona sigue vivíendo según su ley. Nunca han necesitado linderar sus tierras ni comprenden siquiera ese absurdo, pues los ríos y quebradas delinean desde siempre su territorio. Tienen su casa enla ribera del Eno, mas nunca se les ocurriría vivir permanentemente allí. Sería una insesatez encerrar la vida en una casita de paja. Se vive enel río o caminando en la selva, ya que también los peces, aves y anímales tienen nido pero siempre vuelan. Viajan enuna pequefia quilla, ellos y sus perros; cualquier ribera alta o playa en su morada. Por lo demás, la selva brinda comida a los amigos si tienen destreza para descubrir sus secretos. Sus hijos en cambio marcharon hacia el poblado siona, allí los indios prueban la amarga droga del progreso que da algunas cosas al precio perpetuo de la libertad. Pero estos dos viejos, hombre y mujer, no pactaron. Ahora sólo les guía su instinto y les persigue la pobreza. Un día Dionisio, el varón, cayó enfermo. O por decirlo con ·sus palabras: "Algún brujo me está comiendo la vida". A partir de entonces tuvieron que permanecer en su casa del Eno. Al visitarles el misionero les llevó un gallo y tres gallinas; seguramente iban a tener dificultades para cazar. Al cabo de unos meses regresó el fraile y Dionisio aún convalecía. Se notaba un aumento en la granja. - ¿Le gustaron las gallinas? - Sí, bastante me acompafian. - Pero ¿y la carne? ¿mató alguna? Dionisio le miró fijamente. - El tigrillo mató. - Pero usted ¿no comió ninguna? Son buenas, parecidas a la pava. El siona movía la cabeza observándole. 39
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