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las horas son nuevas porque el mafíana no tiene preocupación. Las mismas cosas continuamente son jóvenes pues la naturaleza las mantiene en una infancia perpetua. Recuerden, pues, a Inihua; ese hombre llamado salvaje a quien simples civilizados como Vd. y como yo debemos adorar como a un dios. ¿Que hemos superado hace mucho esa etapa cultural?, ¿que conseguimos logros insospechados por él?, ¿que casi todo está al alcance de nuestra ciencia? Sí, si exceptuamos una cosa: la dicha. LA SOMBRA DE CAÍN Había una vez un hombre recién salido del horno alfarero de Dios que se aburría como un oso hormiguero. Su creador, que era medio judío y demasiado aficionado a la propiedad privada, quiso alegrarle la existencia y no le ocurrió cosa mejor que regalarle un jardín bien provisto de animales, plantas y rumorosas quebradas. Eso le disipó por unos días la melancolía, entretenido como estaba en ponerle una etiqueta a todo bicho viviente ("esto es mío"), pero al cabo volvió a bostezar. Quería otra clase de compañía. - Estoy solo -decía el hijo único-, me falta algo. Dios, sin saber muy bien lo qué tenía entre manos, le regaló una compañera; era como él mismo, pero con algunas variantes que le divirtieron mucho. "Esto me gusta más", dijo el hombrecito antes que la mujer comenzara a darle órdenes y a hacerle comer cualquier fruta ... Bien, después de aquel famoso menú a base de manzana la historia se complicó un poquito, perdió la pareja su herencia llovida del cielo, y, como diría un niño de nuestros días, hasta apareció un ángel con un rayo láser en la mano custodiando la finca. En todo caso Dios ya había metido la pata. Desde luego hay que disculparlo porque era el primer hombre que hacía y nadie nace aprendido. 25
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