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estallido. 3. El bienaventurado Genaro era el único graduado entre los alumnos del brujo Víctor, su fama como curandero iba en aumento hasta el punto de acudir a su casa no pocos colonos vecinos que amenazaban hacer de nuestro amigo un borracho consuetudinario. VivíaGenaro en el filo1le dos tradiciones, pues era el último que sabíadel Antiguo Testamento de su pueblo, tan exigente, y, de otro lado, tendía a la facilidad de los mestizos. Por ejemplo, no sabía si seguir para sus curaciones la ley rabínica del yajé o decidirse por la energía mucho más a la mano del licor de caña ofrecido por los colonos. Total que a las veces se hacía un lío, ¿meto el vino nuevo en los odres viejos, el viejo licor en el odre nuevo o bebo de todos los odres?; en honor a la verdad hay que admitir que esta última era la frecuente decisión del alumbrado Genaro. Puesto que cada curación exitosa le acarreaba cajas de licor y él era un curandero competente, tenía temporadas en que empalmaba noches y auroras, no sabías si ib~ o venía, y, en fin, no era claro si se le iba o se le rezumaba. De algo no podía dudarse, este embebido médico de almas y cuerpos era dueno de una sorprendente elegancia espiritual. Genaro te brindaba siempre su asiento, casaocomida, te cuidaba con su sonrisa. Su nido tenía el indefinible desorden del de la águila harpía, sin embargo salía de él pintado, adornado y reluciente como si fuera a volar por encima de los mortales. Sobre todo si el yajé alteraba sus pupilas, podía mirarte con tal intensidad como si viera a través tuyo, viajando siempre más allá de las apariencias, senor de las circunstancias por más que éstas fueran viles o atroces. Esto es una elegía para alguienparecido aunprofeta rechazado porlos suyos. Otro santo bebedor. Pues ¿quéotra cosa es la santidad? Amenudo, dentro de nuestra tradición cristiana, una obligada lejanía donde se desdibuja el hombre, donde a poco sólo queda el mito, el pellejo deshue– sado de todo humor; pasión, cercanía'. Lejanía yuna acumulación de inuy humanas supercherías a las que también pueden llamarse milagros. Pero 159
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