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Luego prohiben la estancia de dos periodistas norteamericanos y comienza el juicio popular a Belisario. Cristóbal Nainkiai, con esa agresividad tan shuar, rompe el demorado progreso del examen quichua y, quizá, desvirtúa un poco su independencia. En todo caso, aquí están los runas haciendo algo inconcebible en un Estado democrático. Luchando por la verdad a cara descubierta, otorgan– do acadauno lasmismas oportunidades, juzgando sinmaldad. Pues saben que muchos de ellos se verán un día en este tribunal. Belisario reconoce algunos errores y acepta SY derrocamiento sin un mal gesto. Algunos comunerosledicenquedejepasaruntiempoantesdevolveraserdirigente ya que son los días los que curan los extravíos. Nuncahasta hoy había conocido algo que se parecieramás a esautopía llamada democracia. EPOPEYA Casi un año después de la muerte de Inés y Alejandro, CONFENIAE ha decidido linderar el territorio huaorani. Sin duda este hecho no se hubiera dado sin aquél. Por tanto, quizá era necesaria la muerte de dos justos para que un pueblo se salve. Lo que ahora intenta Confeniae supone un reto para sí misma, un desafío al Estado y el inicio de una epopeya. Ciertamente Confeniae no podrá por sí sola con el empeñ.o. De hecho el documento que ha elaborado para hacer pública la linderación ha sido redactado en buenaparteporantropólogos ymisioneros. Incluso lamisma idea de organización entre pueblos amazónicos no está inscrita en tales culturas, aunque puede ser una buena evolución de las mismas. En todo caso, se trata de un hecho que podría ser decisivo y, desde luego, es elmás significativo de los realizados eneste afio de tantas palabras como escasas realizaciones. Los huaorani ya no serían una minoría aislada, sino un pueblo en unión con otros pueblos amazónicos. Es verdad que tal conciencia estámás en los dirigentes que en las bases e incluso es todavía 14

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