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de su grupo fue de cacería hacia la tierra de esos belicosos vecinos del sur. Como no regresaba una partida fue en su busca y éstos descubrieron con estuporque no sólo lo habíanmatado, es que se llevaron su cuerpodejando como señal el pene, los testículos y un trocito alrededor, tampoco demasiado grande. O sea, capaz que sean caníbales y desde luego muy mirados para dejar pistas. Lo siguiente, si ha ocurrido, sucedió en los dos últimos años. Tagairi y taromena tuvieron algún contacto, quizá hasta alguna fiesta juntos, tal como acostumbran estos grupos para conocerse mutuamente, evaluar las fuerzas ajenas y averiguar de otras cosas tales como chacras o mujeres. Los primeros negaron las hijas a los taromenairi y éstos alguna noche de aguacero lancearon a todos los varones enemigos, haciéndose así con un buen botín de hembras. Algunos otros detalles del pastel señalan que los hombres son pocos y algunos no quieren atacar más por temor a que las represalias acaben con todos ellos (de ahí la dialéctica que escucharon entre los atacantes de Carlos). También dicen que al caminar lo hacen con una técnica muy especial, jamás apoyan la planta del pie, sólo el talón o el filo, de modo que es muy difícil descubrir sus huellas. Bueno, basta ya, el resultado actual sería un grupo mixto entre los indios y una mixtura increíble en mi historia. Por tanto, colorín colorado este cuento se ha acabado. 149
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