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hay marcha atrás, todo lo más podríamos entenderlo como.'ponenamai', que sería 'no pensar' o 'no recordar'. Ahora bien, ¿quién le quita ahora de la. cabeza a Babe este afrentoso recuerdo? Según nos contaba anteayer Olga, su hombre está dispuesto a echarse al monte él solo; armado de lanza y escopeta irá a cobrarse su venganza familiar. Quiere al menos a uno de sus enemigos. Poco importa si el camino es interminable y el peligro mucho, "iré solo, si muero, muero; después de unos días, si no regreso, vayan a buscar mi cuerpo y enterrarlo en el monte''. Porque un huao puede mostrar muchos sentimientos, excepto el de miedo, ante una situación semejante. Babe, frente a un instinto superior, deja estar por ahora el civilizador que tanto le apremia– ba. Se trata de rendir culto a Talión. 14. La visión de los huesos Babe no quiso integrar la partida para la devolución de la muchacha por una razón tan evidente para los huaorani como incomprensible a los extraflos. De víspera había soñado mal. Esto es, vio su inmediato futuro color hormiga; los tagairi iban a atacarle, se veía en el sueño con las entraflas removidas, como picos carniceros, por lac; lanzas rojas de los enemigos. Al parecer el caleidoscopio de los sueños no le funcionó a: Carlos como debiera. Vida y muerte para los huaorani están engarzadas como cerezas, tiras de una y aparecen ambas. En cierto sentido se saborean a un tiempo. Babe vive en Tigüino, porque allí descansan los huesos de su familia; esla tierra de su nacimiento y la de sus difuntos. Por descontado es la tierra de sus recuerdos, en ellos abundan las lanzas. Babe no puede olvidar a su viejo enemigo, Guikita, ahora muy lejos, remontado en alguna vuelta del Ehuenguno; sería terrible que pudiera leer, como ahora lo hago yo, la desgarrada evocación de su rival 3 • - "Yo soy viejo, el más viejo de aquí; todos los demás son solamente 3 Este testimonio tomado de F. Barriga, Las culturas indígenas ecuatorianas y el Instituto Lingüístico de Verano, Quito, 1992. 137