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SegúnOmatuki la cosano acabó ahí, aperro flaco todo sonpulgas. Los días siguientes unos helicópteros verdes sobrevolaron su casa, quizá los militares y petroleros vieron salir con precipitación a los tagairi, tal vez pensaron que la casa estaba vacía; todo eso pudo ocurrir, aunque no es obligatorio ser tan inocente. El caso es que dispararon repetidamente desde el aire sobre la gran casa... tres mujeres tagairi pudieron sentir en sus cuerpos la fragilidad de la paja. Las tres murieron. Si algún día conseguimos pruebas contundentes para demostrar este hecho, no proba– remos nada, sin duda ellos dirán que la casa estaba deshabitada. En alguna ocasión me ha dado que pensar ese terror de los huaorani hacia los helicópteros; pudiera deberse a su misma aparatosa tecnología, también cabría a mi entender otra posibilidad que uniría ese monstruoso moscardón con la muerte. Hace algunos años un ingeniero de Cepe, con un cargo de responsabilidad en la empresa, me admitió auna entrevista en su casa con una condición tajante: jamás debía utilizar información citando su nombre. Entre otras sabrosuras destiladas a lo ancho de una conversación que juzgué sincera, me contó lo siguiente. "Al Dr. Vela le apodamos en confianza, 'el loco'; recuerdo una curiosa anécdota suya surgida durante un cóctel. Elloco solía levantar el codo sin reservas, aquel día no había sido excepción, por tanto el cuento podría tener tanto de realidad como de grados alcohólicos, no pondria por ello la mano en el fuego". El caso es que, el citado antropólogo, con grado en Moscú, se despachaba así: "más de una vez al comentarconlosmilitares la existencia de los patacolorada (tagairi) habían dicho entre risas, ¿y por qué no mandarles unos tiros a esos lluchitos (desnudos) y terminamos el pleito? Quizá lo habían intentado, pero los indios se coman rápido al monte. Bestias, les dije, si no les botan primero regalitos, ¿cómo van a tener confianza? Me propusieron hacerlo y salió bien. En dos vueltas sobre la casa dejamos caer algunas tonteras de colores, después los milicos pudieron darse el gusto con el dedito...". Tengo poca probabilidad de confirmar esta versión, Vela apareció muerto enuna calle de Quito en las pasadas navidades, lo habían golpeado en la cabeza durante la noche y no encontró auxilio a tiempo. Pero en la 133

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