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considerar· 10 difícil que es reconquistar el monopolio estatal de la violencia. Ese f dolo sangrientomanipulado poruna castade sacerdotes sin piedad. Los runas recogieron el cuerpo de su comandante, lo velaron en la isla, y al parecer, con él enterraron el inusitado brote de su fugaz rebeldía. La isla ahora, ya lo dije, les causamiedo. Pero también les atrae y cuando pasan cerca de su ribera hay un espíritu vivo moviéndose en la brisa de los cafiaverales, unas voces que llaman, un rugido que todavía puede escucharse en las noches de luna... . , LOS TURISTAS ACONSEJADOS POR JESUS Los astronautas pioneros en la luna se parecieron a los turistas que llegan a Lunchi isla. Sentían aproximadamente iguales fascinación y recelo, semejanteproteccióncontrauna atmósferadañina yun "ecosistema" peligroso. Su atuendo personal y los accesorios correspondientes están diseñados científicamente: botas de caucho contra las seipientes; ponchos impermeables; enormes machetes "Rambo" en la cintura; múltiples vacu– nas; pastillas multicolores y cremas, cualquier cantidad de ungüentos dermoprotectores, antialérgicos, en fin, antitodo. El turista aterriza y pisa con extremado cuidado la superficie amazó– nica donde cualquier peligro hace su estancia. Por sus medrosos movi– mientos parecieran luchar con la fuerza de la gravedad. Los indígenas de la isla suelen contemplarlos con extraordinario regocijo. ¡Son tan exóti– cos! Estos visitantes amenudo resultan tambiénbienmolestos, pero de eso hablaremos otro día. Ahora he de atender la magnífica pregunta de este joven que luce el cuello agobiado por las cámaras fotográficas. - Perdone, ¿hay algo de interés en esa isla?, ¿algo que realmente merezca la pena fotografiar? Hace un rato, puesto que me levanté hoy contaminado de un lirismo 11

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