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Omatuki, hace algunos anos se llamó Oncaye. Aquella fue utilizada por misioneros evangélicos para llevar a la reducción de Tihueno el gran grupo del Guiyero (Tiputini), la tribu guerrera del río abajo. Ahora, también hay más de uno haciéndose cálculos sobre las ganancias, tan distintas yperegrinas, que caben extraerse de estamuchachita raptada del túnel del tiempo. 6. Tras la pista En buena parte la piedra filosofal con la que se inventaron hasta hoy las noticias sobre los huaorani fue la ignorancia. De largo se ha escrito y hablado sobre ellos mucho más que lo que se sabe. Como es natural hay unas pocas excepciones (enCicame tenemos alguna) y brillan como tales. A veces por ese camino se hilaron, si no sabias historias, al menos hennosas leyendas, tales como la de Rayourcu, la tierra de nadie-nadie, o aquellas sobre el oro de los aucas que llevó a su desgraciada expedición al patrón Roggeroni, un italiano de annas tomar. Por el momento recordemos, sosteniéndola siquiera conlos hilvanes de algunos pocos datos, la abandonada trayectoria de la gente de Tagae... Mientras ellos se internaban río abajo, sus familiares y rivales se dejaban convencer para seguir la estela de Oncaye, para entonces ya en Tihueno. Hicieron un recorrido digno de la peregrinación bíblica en busca de la tierra prometida; días y noches a través de una desconocida selva, el ILV sustituía aYahvé, sus avionetas yparlantes a la columna de fuego. Ahora bien, acaso el final quizá no resultó tan atractivo como la famosa tierra de la leche... y miel. Para un grupo aislado la supervivencia se toma perentoria en muchos aspectos, como es natural no resulta el menor aquel que se refiere a la procreación. Los tagaeri necesitaban como el comer parejas para sus jóvenes al parecer las encontraron de una fonna insospechada. De la imperativa reducción realizada porlos evangélicos, conunestilo semejan– te a las jesuitas desde el siglo XVII, quedaban siempre algunos individuos irreductibles, remontándose, huyendo de la quema de su amada libertad. Cimarrones les llamaron en otros tiempos. Pues bien, con alguno de ellos fueron a dar las gentes de Tagae, lo cual les vino a la mano para quedarse 126
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