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DOMINGO TAPUY He aquí uno de los runas más viejos de esta ribera del Napo. Sufrió los tiempos del caucho y lo hicieron gente de hacienda. Conoció un mundo artesanal. También sus manos fueron creadoras y fabricaron todos los secretos para vivir: casas, redes, quillas, remos, cerbatanas... Pero esa memoria no quedará en obras duraderas -las pocas que todavía le restan le acompafiarán en la tierra-, pues aprendió que la vida gira como un remolino, regresa y comienza siempre. Este runa esquivó las chontapalas largo tiempo y, a su hora, se quiso morir. - Era demasiado viejo, -dicen sus hijos. - Tenía 150 afios, -precisa uno. - No tantos, -le corrigen-, pero sí unos 120; Casi toda la comunidad de Descanso es descendencia suya. Ahora lo velan en la casa comunal, aunque ya tienen los ojos vidriados con el sopor del insomnio combatido por la chicha. Domingo apenas abulta sobre la mesa demadera, envuelto en trapos. Esamesahace de altar ylas oraciones por este católico viejo desafían, cuerpo a cuerpo, la rigidez de la muerte. Bebemos chicha antes, durante lamisa y después. Así comulgados, lo devolvemos a su tierra. . , , "NO OLVIDES QUE EL ANGEL INVENTO LA ESPADA" EnDescanso, una isla frente ala comunadelmismo nombre, reposa sin paz el cadáver de un guerrero. Ahora los runas temen surcar en la noche junto a ella y frecuentemente oyen, cuando asoma la luna, profundos rugidos en esa selva asediada pór las aguas del Napo. 9

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