BCCCAP00000000000000000001194
acorazado. Primero fue la creación de los dioses y luego el diluvio, en otras palabras, la civilización. No sólo fue el barbasco, sino la dinamita, las redes, las descargas de fusilería de unos guerreros (peruanos o ecuatorianos, tanto da) jugando a matarsu tiempo inútil en la vida de las lagunas. Fueronlos petroleros, esos modernos gallinazos, tan imprescindibles, que descubren los cadáveres enterrados en el seno de la madre tierra y sacan a luz sus humores más venenosos; o los turistas, coleccionistas de crepúsculos, papagayos, novedades o, en fin, prisas. Sonlos fascinados de la nueva recreación que, gracias a Dios y a las mil vueltas del laberinto, no pudieron completar. Pues hay un profundo aroma en el aire, ahora violento de tormenta, un pastoso sabor que no puedo identificar. - ¿A qué huele? - A pescado fresco -sonríe Santos. LOS HABITANTES DE LA CASA DESHABITADA O EL ÚLTIMO VALLE A pesar de sus bellezas, la ruta del bajo Aguarico, semejante a la de algunas vidas, puede llegar a ser una mala noche en una peor posada. No hay muchas casas para tender la cama de caracol que uno lleva consigo. De siempre los misioneros hemos caído donde el viejo Tangoy, cuya mansión, si no era una turris ebumea, siempre estaba al menos disponible. Pero algún día le han de tocar a uno las penas del purgatorio. - No puedo ofrecerles posada, la casa estámuy vieja y llena de goteras. Ni siquiera nos queda ahora tiempo para empajar el techo o hacer otra. Resulta tan insólito escucharle esas excusas y otras parecidas al anciano que por un momento pienso si será una de las bromas tan habituales entre los runas. No lo es. Y tampoco se trata de un fantasma burlón o desabrido que hubiera suplantado al rucu Arsenio, pues noto su 102
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz